Julio 5×5 Noche en el Start Garden
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21 de julio de 2025 11:59
Impacto
Se calcula que en Estados Unidos juegan al pickleball 36,5 millones de personas al año. Si sólo la mitad de esas personas comprara su propia pala de plástico, eso equivaldría a más de 9.000 TONELADAS de plástico que irían a parar a nuestros vertederos cada año. Esta asombrosa cifra sólo representa el trágico final del ciclo de vida de estas piezas de plástico. La mayoría de los remos en el mercado hoy en día se hacen en China a partir de una combinación de plástico virgen y plásticos procesados como la fibra de carbono. Lo que significa que, para que el remo llegue a tus manos, se ha utilizado un recurso no renovable como el petróleo, cuya extracción cuesta mucha energía; después se ha utilizado un proceso industrial que consume mucha energía para convertirlo en un producto de plástico; después se ha utilizado más energía para unir y dar forma a ese plástico; y por último se ha enviado al extranjero. En el mejor de los casos, juegas con ella durante un año y luego va a parar al vertedero.
Mis palas de madera están hechas completamente de materiales procedentes de América del Norte que, o bien vienen directamente de la tierra o se someten a un procesamiento mínimo para convertirse en material utilizable, y todos ellos pueden volver a la tierra de forma segura al final de su vida.
Las palas de pickleball no salvarán la Tierra, pero no hay razón para que contribuyan a destruirla. Cambiando el estándar de la industria y consiguiendo que los jugadores cambien a palas sostenibles podemos evitar que miles de toneladas de plástico vayan a parar a los vertederos cada año. Y más allá del pickleball, tal vez podamos iniciar un movimiento para que todos los artículos deportivos sean sostenibles con el fin de preservar el medio ambiente que necesitamos para poder practicar los deportes que amamos.
Qué haré con 5.000 dólares
Utilizaría el premio de 5.000 dólares de dos maneras. La mayor parte del dinero se destinaría a conseguir maquinaria para producir palas de forma más eficaz y a mayor escala. Actualmente trabajo con una pequeña máquina CNC de sobremesa que no puede cortar una pala entera de una vez. Una máquina CNC de gran tamaño que pueda cortar una paleta entera de una sola vez costaría 3.000 dólares, más otros 700 dólares por las brocas, la recogida de polvo y las abrazaderas. Con esta máquina, reduciría a la mitad el tiempo que tardo en fabricar una paleta y aumentaría la repetibilidad y la precisión.
Los 1.300 dólares restantes se destinarían a pagar a un fotógrafo y a un diseñador gráfico para documentar las palas y ayudar a crear un sitio web más completo y una presencia en las redes sociales con imágenes y gráficos.